Las (Cine) Decepciones del 2024
Problemista, Emilia Pérez y Sujo, entre otras, engalanan nuestra lista.
Está por terminar este año, y por ende, queremos desearles un increíble 2025. Apenas llevamos seis meses en esta casa, y todavía tenemos mucho por aprender. Asimismo varios nos están pidiendo nuestra lista a lo mejor del 2024, pero hemos decidido mejor enlistar nuestras decepciones cinematográficas, ya que son más divertidas y seguro muchos estarán más que sorprendidos por algunas de las seleccionadas. No se trata de lo peor del cine, casi pero no, sino más bien son esas películas de las que uno espera con suma anticipación, y una vez en la pantalla grande —o chica— se desinflan como algunos nos advirtieron y claro no hicimos caso.
De hecho, varios de estos filmes tienen sus fanáticos dentro y fuera de la industria, por lo que son difíciles de ignorar y no se diga de que algunos hasta los premiarán. Como siempre nos concentramos solo en estrenos en la pantalla de plata (o en plataformas) de cine latinoamericano, hecho por latinos o en nuestras historias que son contadas por otros. La lista va de lo más espantoso a lo menos atroz.
Emilia Pérez (2024)
Ya hemos hablado lo suficiente de la gran villana de esta temporada de premios, y no vamos a ponerle más leña al caldero, de eso se encarga su propia protagonista. Cada vez que entro a Netflix y veo la lista de sus 10 películas más vistas, espero ver a Emilia Pérez desfilar, y nunca la he visto, por lo que mi hipótesis de que se trata de un fenómeno de la industria en un sector minoritario es mucho más palpable ahora que en septiembre. A pesar de su gran calibre publicitario (¡gracias Cannes!), lo cierto es que no ha trascendido a la audiencia regular de la plataforma, pero pareciera que Netflix tiene a punta de pistola a muchos votantes, de ciertas organizaciones, porque no hay forma de levantar a este musical de narcos.
Sujo (2024)
Cuando terminó de proyectarse esta película, hay una dedicatoria especial para “los huérfanos de este país en llamas”. Cuando salí del cine, caminé por una calle llena de color, alegría, las fondas llenas, música por todos lados y un bullicio decembrino contagioso en un barrio de gente trabajadora —que quizás tienen muchísimos problemas como todos—, y me tuve que preguntar, ¿dónde están las llamas? Entendí que este producto, así como la dedicatoria, se trataba de otro gesto vació por parte de esta élite mexicana que sigue sin comprender a su propia gente. También pensé que México no tenía ninguna posibilidad en el Oscar, ni el Goya con semejante fracaso narrativo que repite los estereotipos de otras películas de narcos, incluída su ópera prima de las directoras, Sin Señas Particulares (2020). Tal vez por eso todas las distribuidoras serias de Estados Unidos, se mantuvieron al margen de su compra y exhibición. Sujo debió haber salido por allá del 2010, y quizás su mensaje del síndrome de la salvadora blanca hubiera encontrado mucho mayor resonancia al lado de The Blind Side (2009), que en 2024.
Problemista (2023)
Cuando su distribuidora canceló el estreno de la cinta —que por cierto se debió haber llamado ‘Problemática’—, por la huelga de los guionistas y actores, nos sorprendió porque no pensamos que realmente le tuvieran mucha confianza en términos económicos o artísticos, pero qué puede saber uno, ¿cierto? Una vez estrenada se desplomó en su primera semana, y la siguiente fue peor. Así que en esta casa nos abstuvimos de asistir al cine, y esperar a que llegará a Max. Aplaudo que se hable de los temas que millones de migrantes tenemos que pasar con el sistema de migración en este país, y que se ofrezca ‘otro angulo’, ya sea desde la comedia (para muchos no hay nada divertido) o el humor negro, pero Problemista no cumple ni con lo uno, ni con lo otro. Y ya sé que dirán que se trata de una comedia surrealista, absurda e irreverente, y que los gringos son tan tontos como poder ‘entender’ que Catalina Saavedra hable como cubana cuando interpreta a una mujer salvadoreña, o que su director y protagonista Julio Torres nos presente a un inmigrante genérico, con una escasez de identidad lingüística y un caminadito a la Doctor Chapatín, solo para que sea más digerible para ellos y digan ‘oh look, how cute!
En el Lugar de la Otra (2024)
Otra película de la que ya habíamos hablado y que tampoco figuró en la lista de las 15 preseleccionadas para el Oscar, como ya lo habíamos advertido. En su primera cinta de ficción Maite Alberdi, no terminó por encontrar la magia, ni a los votantes necesarios para que En el Lugar de la Otra, siguiera el mismo camino de sus anteriores documentales. El gran problema que enfrenta la historia, a pesar de una producción extremadamente bien cuidada, es que el caso (del que se basa) no tiene resolución y la creación de un personaje ficticio simplemente no funcionó. Al final no puede sacudirse el estigma de ser una película más de Netflix. Sin embargo, no todo estaba perdido con esta cinta ya que gracias a ésta, conocimos de los libros de Alia Trabucco, y que ahora Limpia y La Resta reposan en nuestro escritorio.
Going Varsity Mariachi (USA, 2023).
A este documental le teníamos muchas ganas desde su presentación en Sundance en enero del 23, y por alguna ‘extraña’ razón, tardó casi un año y medio en estrenarse en Netflix. El filme tiene un aire que no corresponde con el 2024 (fue filmado durante la pandemia), y desde el comienzo se percibe de que está hecho por gente que nada tiene qué ver con el tema, ni con la comunidad que están representando, o simplemente está pensado para otro público menos nosotros. La edición por más que trataron de arreglarla parecía fragmentada, y claro después nos enteramos de que este proyecto sería una serie tipo competencia y se nota. Todos los elementos que hacen a un documental trascender, no solo fronteras sino percepciones sociales, estaban conjugadas en esta historia que sus directores desaprovecharon terriblemente.
La Cocina (2024)
Esta duele porque nos gusta el cine de Alonso Ruizpalacios, cuya autoridad al ejecutar su visión ha quedado demostrada en A Cop Movie (2021), Museo (2018) y Güeros (2013), pero en su primera película en inglés no logra encontrar ese balance idóneo que lo caracteriza, y desafortunadamente La Cocina se le va de las manos por completo —tal cual plato escurridizo— en el fallido tercer acto. Si bien cuenta con una excelente fotografía en blanco y negro, el fantasma de una obra de teatro era mucho más grande de lo que habíamos anticipado en esta versión cinematográfica. Salvo una escena en Central Park, los exteriores de Times Square son de risa loca, tal cual un callejón de Don Gato y su Pandilla: estéril y acartonado (como varios personajes). Y bueno la forma en que resuelve el conflicto de la premisa del filme, fue de lo más ordinario para una producción con una duración de dos horas y 19 minutos.